Honeando
Estos días estamos jugando a la plastilina. Los niños y niñas intentan emular al panadero de Aracena cuando hacía sus cruasanes. Luego están dando rienda suelta a su imaginación y elaboran sus propios bollos, así que no he tenido más remedio que hacerles un horno. Con una caja de folios forrada de papel de aluminio y unos tiradores de tapones de botellas hemos hecho el horno y hasta tenemos pala.
No os imagináis el trasiego que tiene el horno. Es un ir y venir continuo de pequeños panaderos ya traen y llevan sus elaboraciones con el cuidado de que ninguna se les queme.
Aquí hay futuros cocinillas.
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